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Las dos muertes de Gregorio Samsa

por Regina Checa

viernes, 8 de enero de 2021

Morir es dejar de charlar.

George Steiner

 

Gregorio Samsa, la cucaracha más famosa de la ficción, se ve forzado a pasar por una metamorfosis. Se pierde a sí mismo y a su entorno, lo que deviene en su muerte. ¿Es esta transformación necesaria para el descubrimiento del verdadero Gregorio Samsa que se escondía debajo de la máscara de vendedor? ¿Es acaso una muerte-resurrección por la que pasa, siendo su sacrificio el del contacto con los otros por medio del habla? Su metamorfosis lo hace inescrutable para todos menos para el lector.

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Lenguaje, según la definición oficial de la RAE, es la “facultad del ser humano de expresarse y comunicarse con los demás a través del sonido articulado o de otros sistemas de signos.” (Steiner, George, La poesía del pensamiento. Del helenismo a Celán, p. 25) Dado el encucarachamiento por el que, de manera misteriosa, pasa Gregorio, él, por más que siga pensando de forma humana, se ha visto arrebatado del mundo al que antes pertenecía. Nadie más le entiende, por lo que sus ideas se convierten en cenizas dentro de su boca. Se ve remitido a un mueble más de la casa; un adorno desagradable que suple al hijo perdido.

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Una frase de Steiner que pareciera resonar profundamente con el texto de Kafka es la siguiente: “La fuerza del silencio es la de un negador eco del lenguaje. Es posible amar calladamente, pero quizá solo hasta cierto punto. La auténtica incapacidad de hablar viene con la muerte. Morir es dejar de charlar.” Samsa ha muerto junto con su boca. Ha muerto para su familia porque no puede decirles que sigue siendo él, ha muerto para la sociedad por no poder comunicarse con otros y hacer su trabajo como vendedor (dejando de lado su aspecto físico, por supuesto). Ha muerto por no poder contar sus pequeñas preocupaciones ni sus grandes logros. Él es silencio en todos los ámbitos posibles, menos en el de su cabeza.

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Fotografía de Camila Vohn

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Pareciera irrelevante esta pérdida de una sola persona, un Gregorio Samsa que pertenece a las masas y, excepto por su cucarachización, podría ser reemplazado por Juan Pérez. Los mismos Deleuze y Guattari afirman que “no hay sujeto, sólo hay dispositivos colectivos de enunciación” (Deleuze, Gilles y Félix Guattari, Kafka. Por una literatura menor, p. 31); pero podemos reafirmar la importancia del personaje principal de Kafka porque ellos mismos dicen que “el lenguaje solo existe gracias a la distinción de un sujeto.” (Íbid, p. 34) Es el hecho de que podamos seguir leyendo los pensamientos de Gregorio, que veamos el proceso, el devenir-cucaracha en ellos, esa transformación animalística, lo que hace que se vuelvan relevantes; transmiten un mensaje, son lenguaje en sí mismos y necesitan de un lector partícipe para que no pierdan su sentido en la nada de las páginas blancas.

 

El devenir-cucaracha de Gregorio, precisamente, es más notable mientras más fragmentos de lenguaje va perdiendo. Steiner afirma que “las frases, orales y escritas (se puede enseñar a leer y a escribir a los mudos), son el órgano capacitador de nuestro ser, de ese diálogo con el yo y con los demás que arma y estabiliza nuestra identidad.” (Steiner, George, Op. Cit., 25) La estabilización del hombre que Gregorio era se ve tirada por la borda en cuanto su familia deja de hablarle (recordemos que cuando más activo se encuentra es cuando la asistenta va a increparle y le habla como si fuera un hombre otra vez), mandándolo en una espiral que terminará en su muerte por no poder dialogar nunca más. Es la falta del habla lo que lo condena. Es que le arrebaten el último lenguaje que le quedaba, la música, lo que realmente acabará con su vida.

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Fotografía de Camila Vohn

 

No parecería fortuito que, al principio de la novela corta, sea Grete quien siga hablándole, quien siga creando música para él, quien se encargue de él, aunque de manera reticente ya después de volverse ella una sombra de sí misma y que, al final, lo devuelva a la vida por unos segundos:

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¿Sería una fiera, que la música le emocionaba de aquel modo? Era como si ante él se abriese un camino que había de conducirle hasta un alimento desconocido, ardientemente anhelado. Estaba decidido a llegar hasta su hermana, a tirarle de la falda y hacerle comprender que había de ir a su cuarto con el violín, porque nadie apreciaba su música como él. No la dejaría marcharse mientras él viviese. Por primera vez iba a servirle de algo su espantosa forma. (Kafka, Franz, La metamorfosis, p.26)

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Ha asumido su papel de monstruo por primera vez. “La música llega a poseer nuestro cuerpo y nuestra conciencia. Tranquiliza y enloquece, consuela o causa desolación” (Steiner, George, Op. Cit., p. 23); Samsa se encuentra devastado por la posibilidad de seguir con su cuerpo de cucaracha sin poder siquiera disfrutar de la música de su hermana y es ahí donde se pierde. En esta súbita exaltación de sus pasiones, que no habíamos visto, siquiera, cuando había descubierto por primera vez su metamorfosis, es que todo posible lenguaje y humanidad que todavía retuviera, escapa su cuerpo para dar paso al instinto. Es, en este pasaje, donde realmente hemos perdido a Gregorio para quedarnos solamente con la cucaracha.

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Aquí termina el proceso largo y tortuoso que es la muerte, o la segunda vida, de Gregorio Samsa. La muerte porque no puede hablar y, como dijo Steiner, esto significa su muerte, pero la segunda vida porque ha pasado por un segundo vientre, uno que, como lector, no presenciamos: el momento en el que se gestó como cucaracha. Joseph Campbell, en su The hero of a thousand faces, menciona que “The idea that the passage of the magical threshold is a transit into the sphere of rebirth is symbolized in the worldwide womb image of the belly of the whale. The hero, instead of conquering or conciliating the power of the threshold, is swallowed into the unknown, and would appear to have died.” (p.74) Samsa aparenta estar muerto (la novela entera está muerto, en todos los sentidos humanos) porque se encuentra en lo desconocido, en el caparazón de un insecto incomunicado.

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Fotografía de Camila Vohn

 

A pesar de sufrir una transformación heroica, a pesar de ser un personaje común al que le suceden una serie de eventos extraordinarios, es expatriado dentro de su propio hogar, relegado a la zona de las cosas oscuras y sucias, aquellas a las que no se les puede prestar atención por miedo. ¿Por qué? Pareciera, más que un héroe, una inconveniencia necesaria: “También los hombres desempeñan a veces el papel de víctima propiciatoria para desviar hacia ellos los males que amenazan a otros.” (Frazer, sir James, La rama dorada, p. 430) La cucaracha es necesaria para que los males familiares se concentren en un solo objeto-persona, convirtiendo a Gregorio en un chivo expiatorio (¿escarabajo expiatorio?) perfecto para que, al momento de su muerte, despeje el destino de los Samsa para que lleguen a ellos cosas mejores.

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Tenemos que deshacernos de Gregorio: es un trabajo conjunto entre su familia, su psique, la sociedad y el lector. Necesitamos que se convierta en el portador de los males (que nos deje sostener, aunque sea un momento, la ilusión de que las enfermedades capitalistas son sólo para las cucarachas y no para quien tiene que trabajar dos trabajos de medio tiempo). Deleuze y Guattari mencionan que “cualquier lenguaje implica siempre una desterritorialización de la boca, de la lengua y los dientes. La boca, la lengua y los dientes encuentran su territorialidad primitiva en los alimentos.” (Deleuze, Gilles y Félix Guattari, Op. Cit., p. 33) Gregorio se desterritorializó a sí mismo para darse cuenta de lo enfermo que estaba; para encarnar nuestros males y llevárselos por un tiempo breve. Él dejó de comer porque nada lo saciaba; ahora nos toca a nosotros comer cucarachas.

 

Bibliografía

Campbell, Joseph, The hero with a thousand faces, 3° edición, New World Library, Estados Unidos, 2008.  

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Deleuze, Gilles y Félix Guattari, Kafka. Por una literatura menor, Ediciones Era, México, 1978, consultado de manera digital en https://drive.google.com/file/d/1_Clkd0xSFhN6xFIHB5KryXaX2dvoxFAl/view

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Frazer, sir James George, La rama dorada. Magia y religión, FCE, trad. Elizabeth Campuzano y Tadeo I. Campuzano, Tercera edición, México, 2011

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Kafka, Franz, La Metamorfosis, consultado de manera digital en https://drive.google.com/file/d/1_GI_rbnN3_2Blztt2A4xeiQQuofchbCR/view

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RAE, lenguaje, consultado de manera digital en https://dle.rae.es/lenguaje

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Steiner, George, La poesía del pensamiento. Del helenismo a Celan, pp. 19-55, Fondo de Cultura Económica, México, 2016. 

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