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Descabellado

por María No More

miércoles, 31 de marzo de 2021

 

Le tomó unas semanas dejar rastros de su presencia en la casa. ¡Hay cabellos por todas partes! Ja, ¿no me crees? Están en la mesa, en la tarja, en los sillones, hasta en mi ropa dejó sus pinches pelos. ¡Cómo voy a estar exagerando! ¿Ves eso? Es un camino de pelo. Sí, también es polvo pero polvo con pelos. Si te asomas al refrigerador los verás en las repisas. ¡Asómate! 

 

¿Te imaginas esta pelambrera siendo la base de un proyecto autosustentable? Podríamos hacer estropajos, rellenar almohadas, crear una pieza de arte contemporáneo, tejer un suéter o darle forma a un gato ¡Deberíamos empezar la confección de muñequitos!  

 

Ve cómo saco de entre los pliegues de mi falda un hilo larrrgo, lacccio, sedossso, negrísssimo. ¿Has visto cómo cae debajo de sus hombros? ¡Me fascina! Incluso cuando lo peina en una horrible coleta es tan sensual, tan envidiable, tan seductor, tan… ¡Quisiera meterle mano, deslizar mis dedos, rozar las puntas, enredarme en su cabello!

 

¿Me puedes explicar qué relación tiene la melena sobre su cabeza con las marañas en el suelo? Son los mismos pelos pero no pueden provocarte la misma reacción. ¡Deja de burlarte! Vamos al baño, te vas a ir de boca. Mira cómo los pelambres decoran tu reflejo en el espejo. En la ducha trepan por las paredes. La coladera tiene unas cuatro capas de pelo. 

 

¿Te parece que podría estar enfermo? ¡De ninguna manera! Se jacta de su salud, de no ser esclavo del capitalismo, de su dieta vegana, de apreciar las películas experimentales. La otra vez fuimos al cine y mientras estábamos en la sala, durante dos horas, me aferré al aroma de los mechones en su cara pese al olor de las palomitas.

 

¿Te das cuenta? Probablemente esto sea lo más cerca que esté a su cabellera. Debería levantar cada pelo para después juntarlo, lavarlo, peinarlo, ¡hacer una peluca! ¿Alguna ocasión te has obsesionado con el cabello de alguien?… ¡Espera! 

                                                                        

¿Y si lo sabe? ¿Habrá descubierto mi debilidad y lo dejó a propósito como una muestra de…? ¿o una especie de…? No sé, una declaración, un regalo sin tarjeta o quizá un mensaje: “Toma, todo es para ti, date”. Entonces debería llamarle, agradecerle y decirle que cuando llegué a casa me sorprendí de no encontrarle... aunque en cierto modo sí. 

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